domingo, 30 de marzo de 2008

Y justo en el medio estoy yo.


* La balada del diablo y la muerte *

Estaba el diablo mal parado
En la esquina de mi barrio
Ahí donde dobla el viento
Y se cruzan los atajos
Al lado de él estaba la muerte
Con una botella en la mano
Me miraban de reojo
Y se reían por lo bajo
Entre dientes oí a la muerte
Que decía, que decía así...
Ahaaa...
Cuántas se habrá escapado
Como laucha por tirante
Y esta noche que no cuesta nada
Ni siquiera fatigarse
Podemos llevarnos un cordero
Con sólo cruzar la calle
Yo me escondí tras la niebla
Y miré al infinito
A ver si llegaba ese
Que nunca iba a venir
Estaba el diablo mal parado
En la esquina de mi barrio
Al lado de él estaba la muerte

con una botella en la mano
Y temblando como una hoja
Me crucé para encararlos
Y les dije me parece que esta vez
Me dejaron bien plantado
Les pedí fuego y del bolsillo
Saqué una rama pa' convidarlos
Y bajo un arbol del otoño
Nos quedamos chamullando
Me contaron de sus vidas
Su triunfos y sus fracasos
De que el mundo andaba loco
Y hasta el cielo fue comprado
Y más miedo que ellos dos
Me daba el propio ser humano
Oh, oh, oh, oh....
Y yo ya no esperaba a nadie
Entre las brisas del aquellarre
El diablo y la muerte
Se me fueron amigando
Ahí donde dobla el viento
Y se cruzan los atajos
Ahí donde brilla la vida
En la esquina de mi barrio
De mi barrio.....
De mi barrio.....


La Renga



________ si me siento asi el diablo tiene que existir ¡Oh si!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esaa! Si abré pensado en esa letra, se las contaba a Fran y a Marian en un colectivo, les interesaba la información.
No es de La Renga, se la choriaron a otra banda me dijeron.

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Se hizo amigo del diablo y la muerte una noche de bufanda, cruzando al otro lado de la calle del otoño, ahí en la esquina de su barrio; y más miedo que los dos le daba el propio ser humano. Compartieron una rama y le contaron de sus vida.
La muerte estaba con una botella en la mano y el diblo mal parado.
Se reían por lo bajo. El esperaba al que nunca iba a venir. Pero ellos no se acercaron, cuantas veces se había escapado como laucha por tirante y esa noche les costaba nada cruzar la calle y llevarse un cordero, nisiquiera fatigarse. El se escondió tras la niebla y miró al infinito a ver si llegaba nose quién. Y temblando como una hoja se cruzó para encararlos porque lo miraban de reojo y se reían por lo bajo.

Bueno, la voy a volver a leer y analisar placidamente en busca de la piedra de filosofar, a ver si la encuentro.

Besos chica profunda!

Anónimo dijo...

Gracias por la firma, no la había leido. Vine por tu coment en el blog de Fran.

La brisa del aquelarre.

Aquelarre: reunión de magos osucros. Diabólica.
Nosotros hacemos aquellares pués, y valla aquelarres. jaja.
(No, no me crea señora)

Las risas de la que narre, cantaba yo. Serán las risas del aquelarre.


Deseos de amor y paz
xD jaja, yo digo y luego río.